El joven víctima de la brutal paliza de Nigrán: “El segundo golpe me dejó KO”

El único acusado niega la autoría, pero un portero del pazo lo identifica como uno de los chicos que agredió a Nacho: “Llevaba una sudadera o camiseta con las letras VANS”

El joven acusado, en primer plano, en la primera sesión del juicio que arrancó este jueves en la Audiencia de Vigo.

El joven acusado, en primer plano, en la primera sesión del juicio que arrancó este jueves en la Audiencia de Vigo. / Marta G. Brea

Marta Fontán

Marta Fontán

La brutal paliza sufrida por un joven en Nigrán en el verano de 2020 tras un altercado previo ocurrido durante una noche de fiesta en el Pazo de Urzáiz llegó este jueves a juicio. La vista, que prosigue este viernes, arrancó con el interrogatorio al único acusado, Daniel G.B., quien negó ser el autor de los puñetazos y patadas que causaron graves lesiones y secuelas a la víctima, que presenta una incapacidad permanente por las secuelas que le quedaron y continúa casi cuatro años después a tratamiento psicológico y psiquiátrico. Frente a la versión exculpatoria del procesado, Nacho, el agredido, lo identificó como uno de los tres chavales que lo persiguieron en grupo por el bosque antes de ser atacado, pero más contundente fue la declaración de un portero del pazo, sin duda el testigo clave de este caso, que reconoció al procesado en la sala de vistas como uno de los cuatro jóvenes, cuantificó, que vio agrediendo a la víctima. “Sí, es él”, respondió a preguntas del abogado de la acusación particular, explicando que recuerda que aquella madrugada llevaba una sudadera o una camiseta con las letras VANS.

Precisamente, el testimonio de este portero ya en la fase previa de investigación judicial fue lo que llevó al juez instructor a procesar al hoy acusado, si bien no extendió la imputación a más personas por falta de pruebas. “La manada que agredió a Nacho sigue con su vida, pero mi hijo no puede salir de casa”, lamentó en aquella época la madre, dolorida por el hecho de que no hubiese más investigados en la causa pese a que fueron varios los individuos que, denunciaba, participaron en la paliza.

"Iba a pedirle explicaciones"

El acusado, que se enfrenta a 8 años de cárcel y al pago de 132.000 euros en indemnizaciones, se declara inocente. En aquella época trabajaba como camarero en un local de copas de Patos y todo el personal fue a la fiesta que la madrugada del 16 de agosto de 2020 se celebraba en el Pazo de Urzáiz. Allí, contó, hubo un altercado previo en el que uno de sus amigos resultó herido. “Lo vi con una ceja abierta y sangrando y me dijo que le había dado un tal Nacho”, dijo. Un grupo de personas, agregó, fue tras dicho joven y él reconoció que hizo lo mismo, pero con la única intención de “pedirle explicaciones” por lo que le había hecho a su compañero.

Imagen de archivo de la madre del joven con fotos que evidencian las graves lesiones que sufrió su hijo.

Imagen de archivo de la madre del joven con fotos que evidencian las graves lesiones que sufrió su hijo. / Anxo Gutiérrez

“Seguí al grupo, salí detrás corriendo por la carretera y antes de llegar a una curva me metí en el bosque y allí me lo encontré de frente [a Nacho]”, concretó. Aseguró que estaba él solo, que le preguntó porque había pegado a su amigo y que el chico le intentó pegar. “Le empujé, él resbaló y se cayó; después se levantó y corrió hacia dentro del bosque, mientras yo me fui hacia el pazo”, afirmó. Él finalmente, según su versión, se fue andando hasta su casa. “No le di patadas ni puñetazos”, manifestó, explicando que si bien la Guardia Civil y el propio juez instructor vieron que tenía las manos “rojas”, eso no era de ninguna pelea. “Siempre las tengo así por el frío”, contestó.

“Estás muerto, no corras”

También declaró la víctima. Aunque recientemente fue padre, no pudo retomar su oficio de albañil por las graves lesiones y secuelas sufridas, entre ellas afectación maxilar y pérdida de parte de visión de un ojo. Nacho empezó hablando también de la pelea previa en el pazo, cuando “un grupo de chavales tiraron a un amigo suyo” y, reconoció, para defenderse pegó a un par de chicos. Por “miedo” decidió irse de allí pero de repente vio a un grupo de gente siguiéndolo y gritándole: “Maricón, te vamos a matar” o “Estás muerto, no corras”. Intentó esconderse en el bosque, pero tres jóvenes, entre los que identificó al acusado y a otro chico, le persiguieron. “Recibí un primer golpe en la cabeza que me dejó rígido en el suelo sin opción a nada y otro en la cara más fuerte que me dejó KO”, describió. Ya no recuerda nada más. Aseguró estar seguro al 100% de que uno de los jóvenes que le perseguía era Daniel, si bien no pudo precisar quién concretamente le golpeó.