El reto de emprender en el rural ourensano: “Falta más oferta de viviendas y necesitamos mejorar el transporte”

Tres proyectos empresariales abordaron las dificultades de impulsar un negocio fuera del entorno urbano en una jornada celebrada en San Xoán de Río

Pese a los desafíos, los participantes pusieron en valor la “gran calidad de vida” de las localidades pequeñas

Participantes en la jornada organizada por Ourense Rural é vida en San Xoán de Río.

Participantes en la jornada organizada por Ourense Rural é vida en San Xoán de Río. / Iñaki Osorio

En una realidad marcada por la pérdida de población, el rural ourensano busca fórmulas para atraer nuevos habitantes. La digitalización creciente de los municipios favorece la captación de talento, pero todavía son muchos los desafíos pendientes. La jornada organizada ayer por el proyecto Ourense Rural é Vida en San Xoán de Río permitió poner sobre la mesa cuáles son los ámbitos a mejorar, entre los que los participantes destacaron la “escasa oferta de vivienda” y el “deficitario servicio de transportes”.

Autoridades, técnicos municipales y emprendedores resaltaron las ventajas de vivir en el rural, pero también reconocieron las carencias que dificultan la llegada de población. “El proceso de buscar casa no fue nada sencillo, nosotros buscábamos una vivienda grande, no queríamos meternos a hacer muchas obras, y nos costó encontrar algo”, aseguró María Mendoza, música y emprendedora en Esgos. Juan Carlos Pastor y Zaira Vidal, residentes en San Xoan de Río desde hace 8 meses, vivieron una situación similar cuando decidieron abandonar Benidorm por el rural ourensano. “En un inicio buscamos a través de Aldealista, y luego nos ayudaron más personas, pero no era fácil encontrar una casa para alquilar, con terreno para animales y para plantar... Al final encontramos una que más o menos cumplía los requisitos, pero es que no había más opciones, directamente”, apuntó Pastor.

El encuentro también contó con la participación por videollamada de Laura Soteras, catalana que planea desde hace 10 años venirse a vivir a la provincia con su marido (de origen ourensano) y sus tres hijas. En su caso, conoce la escasez de oferta del mercado inmobiliario, pero viene preparada: “Yo estoy dispuesta a invertir en una casa, a reformarla, a montar un negocio... Hemos ahorrado y estamos preparados para tres años de pérdidas de dinero, para que luego todo mejore, porque nosotros tenemos claro que queremos vivir ahí”.

Respecto al transporte, Mendoza señaló las dificultades de moverse entre núcleos sin un vehículo propio. “Cuando tengo el coche en el taller y tengo que ir a Ourense, porque uno de mis trabajos es en la ciudad, intento arreglar con algún vecino que tenga que hacer ese trayecto, pero no es tan sencillo. En el pueblo tenemos dos taxistas que nos hacen precio amigo, pero se necesita una línea de autobuses que una localidades”, reclamó. Para Soteras, que conoce la realidad del rural al veranear todos los años en Laza, tilda de “nefasto” el servicio de transportes: “Yo ya sé que por la aldea de la familia de mi marido solo pasan dos autobuses, uno por la mañana y otro por la noche. Pero son para ir a Verín, si quieres ir a otro sitio, como O Barco u Ourense, tienes que encargarte tú de ver cómo puedes llegar sin coche propio. Es algo que es muy importante mejorar”.

Xosé Miguel Pérez Blecua, alcalde de San Xoán de Río (uno de los 27 municipios de la provincia integrados en Ourense Rural é vida), apuntó la importancia de paliar los déficits: “La solución para el rural es generar actividad económica, y para esto hace falta atraer talento, lo que requiere ofrecer una calidad de vida igual o mayor a la que existe en las ciudades”.

La conectividad

La conectividad del rural favorece la llegada de emprendedores. Pastor y Vidal llegaron a San Xoán de Río con su empresa de cosmética natural bajo el brazo, y la posibilidad de vender a través de internet permite que el proyecto continúe vivo. “Aquí la conexión funciona muy bien, no tenemos ninguna queja”, apunta Vidal. De hecho, trasladarse a la provincia supuso un cambio de rumbo favorable para su marca, al aprovechar los recursos naturales del entorno. “La empresa ya había nacido en Benidorm, pero al llegar aquí decidimos crear un producto con una esencia más relacionada con Galicia, y por eso decidimos utilizar extracto de castaña”, explicó Pastor.

María Mendoza también señaló los beneficios de la conectividad en el rural: “Yo soy música y doy clases y desde mi casa puedo tener clases online sin problema, es un gusto tener esa posibilidad”. Por su parte, Laura Soteras también destacó la importancia de una buena conexión a la red, ya que su marido es ingeniero informático, por lo que precisa internet para poder teletrabajar.

La jornada de ayer permitió presentar los nuevos equipos tecnológicos instalados en los municipios participantes en Ourense Rural é vida, destinados a facilitar actividades formativas y redes de colaboración, así como servicios de asesoramiento y mediación para personas emprendedoras en el rural.

Recuperación de tierra

El encuentro también puso sobre la mesa la importancia de la colaboración institucional para dar respuesta a la demanda de las personas que quieren mudarse de las ciudades al rural. Inés Santé, directora xeral de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural, aprovechó su participación para recordar las recientes medidas impulsadas desde la Xunta para revitalizar el rural. En ese sentido, destacó la Lei de recuperación de tierra agraria, así como la implantación de las aldeas modelo, que permiten regenerar los núcleos rurales. “El proyecto de aldeas modelo incluye la rehabilitación integral, el impulso de la actividad económica y la planificación preventiva frente a los incendios forestales”, apuntó Santé.

"Queríamos vivir en el rural"

De Benidorm, a San Xoán de Río. Juan Carlos Pastor y Zaira Vidal se enamoraron del rural gallego y no dudaron en hacer las maletas y cambiar de vida. “Empezamos a venir de vacaciones hace cinco años, un amigo de Juan se compró una casa en un pueblo y nos dimos cuenta de que queríamos vivir en el rural y recuperar la conexión con otras personas y con la naturaleza”, explica Vidal. Hace 8 meses que residen en San Xoán de Río. “Venirnos aquí fue accidental, no teníamos un lugar fijo al que quisiésemos mudarnos”, señala Pastor. En Benidorm ya habían puesto en marcha su propia empresa de cosmética natural (Piel Natura), que ahora continúa en la provincia. Así que en Río no solo llevan a cabo su proyecto vital, sino también su proyecto profesional. “Estamos muy contentos, desde el principio la gente nos recibió muy bien, los vecinos son muy amables, nos apoyan mucho, si tienen que hacer un regalo nos cogen alguno de nuestros productos… Eso en la ciudad no pasa, en la ciudad no sabes ni cómo se llama la persona que vive a tu lado”, destaca Vidal.

"Las ciudades no me gustan"

María Mendoza nació en Asturias y se crió en el País Vasco, a donde sus padres emigraron cuando ella era pequeña. Sin embargo, siempre tuvo en mente vivir en Galicia. En 2002 se trasladó a Poio (Pontevedra), tiempo después se mudó a la ciudad de As Burgas y, desde hace 8 años, vive en Esgos con su pareja y sus dos hijos. “Las ciudades no me gustan, a mí me gusta la vida de pueblo, estar con gente, conocer a mis vecinos, compartir con el resto”, asegura. Pone en valor los beneficios del rural, como vivir en contacto con la naturaleza y con la comunidad, pero también apunta los retos pendientes. Tanto ella como su pareja son músicos, por lo que necesitaban una vivienda con espacio para un estudio de grabación. “Y tenemos dos hijos, perros… Queríamos una casa grande, no queríamos meternos en muchas obras y fue difícil”, señala. Aun así, asegura que no cambiaría vivir en Esgos por nada. “Me encanta el camino hacia mi casa desde la ciudad, me encanta saber el nombre de las personas que viven a mi alrededor, me encanta pasear por el bosque, me encanta el frío… Yo llego a mi casa y me abrigo, es cierto, pero no voy a sacrificar eso por vivir en una ciudad”, resume.

"Sí o sí, nos vamos a vivir a Ourense"

Luis Alberto Barreal y Laura Soteras planean mudarse a la provincia ourensana desde hace 10 años. Viven en Barcelona, con sus tres hijas, pero pasan todos los veranos en Laza, de donde es originaria la familia de Barreal. “Los tres meses enteros nos los pasamos ahí, en una aldea de 20 personas en la que disfrutamos mucho y que nos encanta”, asegura Soteras, que se define como una persona “hecha para el mundo rural”. Actualmente, tiene sus dos negocios en venta, con la intención de aprovechar ese dinero para volver a emprender, pero en Galicia. “Lo que queremos, sí o sí, es vivir ahí. La humanidad se está echando a perder con el tema de estar tan urbanizados, en las urbes se pierde la conexión humana, solo se piensa en uno mismo, la gente no sabe ni el nombre de sus vecinos…”, lamenta. Está preparada para el cambio de vida. “Aquí hace mucho calor, ahí hace frío, pero es que no me va a costar acostumbrarme, porque no me gusta el calor”, señala.

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