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Tato Vázquez Lima - Coordinador Urgencias Hospital do Salnés

"Las urgencias por ictus e infartos bajaron un 40%"

"No quiere decir que la población esté menos afectada por estas patologías sino que, por miedo, espera más"

"Las urgencias por ictus e infartos bajaron un 40%"

El miedo ciudadano al coronavirus ha provocado una drástica reducción de la demanda asistencial en los servicios de Urgencias de los Hospitales por patologías graves, como el ictus o dolores coronarios agudos. Un error que los afectados pueden pagar muy caro, incluso con la propia vida. La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias advierte que estos casos requieren una atención inmediata, con Covid o sin él.

- ¿Cómo lleva el servicio de Urgencias esta pandemia?

- Desde que comenzó la situación de alarma estamos trabajando con dos circuitos diferenciados para evitar contagios y eso supone más recursos humanos y trabajar de una forma muy distinta, porque el equipamiento de protección no es lo más cómodo para atender a los pacientes.

- ¿El número de asistencias es similar?

- Cayeron casi un 50% y ahora están empezando a repuntar. De momento podemos decir que están contenidas. Hay que plantearse que en los días normales de Urgencias, si no hubiese Covid, nos llegan un 30 o 40% de urgencias que probablemente hubieran sido atendidas en otros circuitos, como Atención Primaria. Los casos que estamos viendo ahora son, por lo general, muy justificados en nuestro servicio.

- ¿Qué ha cambiado, la gente tiene miedo a acudir al Hospital, no estará esperando demasiado?

- Lo cierto es que desde que se decretó el estado de alarma se han reducido las demandas asistenciales por dolores coronarios agudos (infartos) en un 40%, y los ictus bajaron un 35%. El número de casos no baja de forma milagrosa, seguramente los hubo y los afectados, por miedo a la infección se han quedado en casa. Esto en términos sanitarios se llama la patología oculta: la gente tiene miedo a contagiarse y no acude a urgencias y llega a último momento cuando la enfermedad está muy evolucionada.

- ¿Es grave en estas dos patologías esperar mucho para acudir a los servicios sanitarios?

- Sí, por eso los servicios de Urgencias de toda España estamos llamando la atención. Ante un síntoma de falta de movilidad en un brazo, o si se le tuerce la boca, indicio de un posible ictus, la persona debe llamar al 061 o acudir a Urgencias, que le vamos a atender. Estas patologías requieren una atención urgente, con o sin Covid.

- ¿En cuanto a los contagios por coronavirus, se va frenando la situación?

- Sí, ahora se van frenando tanto los casos hospitalizados, en UCI e incluso en domicilios. Nos tememos que ahora el problema va a venir con la desescalada, porque puede haber un repunte. Al haber pocos inmunizados en Galicia, hay mucha población sensible y puede haber otro rebrote; hay que controlarlo muy bien. La gente se tomó muy en serio la primera fase, pero tengo la sensación de que cuando "se abran las puertas", pueden pensar que esto está arreglado. Y no es así, esto es una guerra larga. Hemos conseguido contener el número de casos a base de confinamiento, pero como ahora no respetemos escrupulosamente las distancias de seguridad, el lavado de manos, el uso de mascarillas cuando está indicado, podemos tener problemas. Puede infectarse un porcentaje de población mucho más alto que en otras autonomías.

- Y además está próximo el verano y con él el turismo...

- Si se hacen las cosas bien controladas, respetando muy bien las fases de desescalada, a ver si conseguimos que los brotes del virus que se den, sean pequeñitos y podamos controlarlos.

- ¿Es cierto que el verano es menos propicio para la propagación del coronavirus?

- Hay algún trabajo publicado que dice que tanto el calor como la radiación ultravioleta, frenan la propagación del Covid. Se sabe que los rayos UV desactivan casi en su totalidad el virus. Y dicen que las altas temperaturas, a partir de 35 o 36º también lo afectan. En teoría es así, aunque parece un poco peligroso comentarlo, porque la gente no puede interpretar que con la llegada del verano se acaba el problema. Esto no es así. Hay que seguir manteniendo las medidas de autoprotección, manteniendo las distancias de seguridad, el lavado de manos y la higiene respiratoria.

- El pasado fin de semana hubo una primera prueba de fuego de la desescalada y este se amplía ¿Teme un rebrote importante?

- La desescalada debe realizarse con mucho cuidado y manteniendo todas las medidas de seguridad; nadie puede relajarse. Si no cumplimos con estos requisitos se van a llenar los servicios de Urgencias en los Hospitales otra vez. Y en Galicia debemos ser aún más precavidos porque aunque aún no se acabó el estudio epidemiológico, por los casos que se han dado intuimos que hay mucha población susceptible de contagio.

- En cuanto al resto de los servicios hospitalarios que se frenaron por la pandemia ¿Hay un plan para su reactivación?

- Si. Hay un plan de desescalada también para los servicios sanitarios que, probablemente cuando acabe el confinamiento, posiblemente en este mes de mayo, se iniciarán las intervenciones quirúrgicas en el Hospital, comenzando por los casos de prioridad uno, que mayoritariamente son cirugías oncológicas.

- Este será un verano diferente para todos

- Sin duda. Mientras no haya una vacuna que garantice una inmunidad más o menos duradera, que sea altamente efectiva, garantizando al menos un 80% de protección, yo creo que la forma de vida que tenemos, aunque la desescalada salga muy bien, va a cambiar porque las medidas de autoprotección cambian mucho la vida social de la población. Un ejemplo que entiende todo el mudo: los bares que veíamos antes abarrotados de gente tendrán que trabajar de otra manera.

- ¿Cual es el mensaje a la población en esta situación?

- El mensaje es que ganamos la primera batalla, pero aún nos queda a todos mucha conquista que hacer para terminar esta guerra contra el virus. Hay que afianzar muy bien el primer paso para dar el segundo y no retroceder. Es el simil de escalar una montaña. Cuando se inicia una escalada se toman las medidas de seguridad y se va con mucha precaución, pero al llegar a la cima parece que ya ha pasado lo peor, pero cuando hay más riesgos de caerse y hacerse mucho daño es cuando se baja de la cima, porque se descuida un poco la seguridad.

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