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El juego se traslada al aula

Aitor Barbosa: "Si un niño prefiere un móvil a aprender, algo estamos haciendo mal"

El juego se traslada al aula

La gamificación es una técnica de aprendizaje activo que consiste en crear experiencias de juego en el aula siguiendo unos contenidos, unos objetivos y unas competencias concretas. Esta metodología se lleva aplicando desde hace varios años e incluso hay una comunidad de gamificación, "Gamifica tu aula", en cuya web recopilan las experiencias que se han puesto en práctica en las diferentes aulas.

De hecho, el método de aprendizaje a través del juego se mantiene en Infantil. "Pero cuando el niño llega a Primaria y cambia todo: el espacio del aula, se sienta mirando directamente al profesor...", explica Aitor Barbosa (Ourense, 1991), especialista en gamificación y recursos digitales. El pasado curso, desarrolló dos experiencias de gamificación en aulas de Primaria, una en un colegio de Ourense para trabajar las Matemáticas y la otra en Cabana de Bergantiños (A Coruña) para estudiar el sistema solar y los planetas. En ambos casos, se planteó a los niños sendas historias que incluían distintos retos que tenían que superar y cuya resolución lleva implícito el contenido que se está impartiendo.

En el taller que impartirá en el II Foro de Educación, Barbosa mostrará cómo crear estas experiencias de aprendizaje y lo hará a través de otro juego, "La isla de los secretos", que sigue la misma dinámica que los que se elaboran para el aula.

La gamificación mejora la motivación del alumno y el compromiso de alumno. "La gamificación se emplea cuando el contenido de una materia es tedioso, para planteárselo de una manera más lúdica. Los niños perciben la experiencia como un juego y se toman la asignatura de una forma totalmente diferente. Están más motivados y comprometidos, lo que a la vez conduce a un aprendizaje más significativo, práctico y real", aduce.

La gamificación no tiene por qué incluir herramientas tecnológicas, aunque es frecuente que así sea, ya que estas son un aliente para los chavales. "Vivimos en una sociedad donde la tecnología está cada vez más presente y toda la estética tecnológica atrae mucho a los niños, por lo que aprovechar esa predisposición en el aula es ya un punto a favor", explica. Por ello, no está a favor de que se prohíba el móvil en clase. "No sé cuál es el problema. ¿La distracción? Si un móvil les parece más interesante que interactuar con sus compañeros y crear, progresar, aprender, es que algo estamos haciendo mal. La solución no está en prohibir el móvil, sino en hacer metodologías más interactivas, de aprendizaje por proyectos, por retos y tener a los alumnos activos e inmersos en una tarea porque ahí no van a usar el móvil. Es más, lo pueden emplear como complemento", sostiene.

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